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Eres un ahorrador, guardas o inviertes tu dinero, prefieres no gastar, ni comprar, solo lo estrictamente necesario, tu estilo de vida es más austero y sencillo, aún cuando podrías darte un gustito prefieres no hacerlo. Te sientes bien usando cupones, descuentos o rebajas, porque cada dólar cuenta.

Ahorrar o invertir tu dinero te ha permitido no tener sorpresas, o malos ratos, sin embargo has dejado para mañana la oportunidad de viajar, de comprarte esos zapatos que te gustan, de ir a ese restaurante que tiene tu plato favorito.

Para crear una relación saludable con el dinero, es necesario encontrar un equilibrio que te permita vivir fuera del miedo, y la creencia de que el dinero es escaso, porque la verdad es que tu dinero quiere que seas feliz, que vivas la vida, y que por supuesto también lo inviertas, sin que esto signifique dejar para después lo que puedes vivir hoy, porque nadie tiene certeza de que habrá mañana.

Cambiar la palabra inversión por diversión, y cada vez que vayas a invertir pregúntate:

a. ¿Esta inversión va a crear más para mí, me aporta, me hace feliz?
* Pero por favor, piensa en la inversión, desde la retribución de placer y felicidad, no todo se valora en números.

b. ¿Esta inversión, no disminuye significativamente mis ahorros, y tengo la posibilidad de hacerlo hoy?

*Si tu respuesta a estas dos preguntas es sí, no lo pienses más, es hora de experimentar lo que siempre has soñado, eres muy inteligente, y sabes manejar tus finanzas, disfruta de todo lo que ya has construido.

*Si tu respuesta a una pregunta o a las dos es no, revisa bien si esto es verdad. Quizá podrías probar invirtiendo en algo mínimo pero que te haga realmente feliz, esto te permitirá entender la magia de recibir, y en esa armonía siempre encontrarás más.